jueves, 19 de noviembre de 2009

CUENTOS - Autora: Silvia Patricia Villarreal Villanueva

LA MULA INTELIGENTE

Había un campesino que tenía una mula ya muy vieja en un lamentable descuido, la mula se cayó a un pozo que había n la finca. El campesino oyó los bramidos del animal y corrió para ver lo que ocurría.
Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la condición, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.
El campesino llamo a sus vecinos y les conto lo que estaba ocurriendo y los enlisto para que le ayudaran a enterar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo.
Al principio, la mula se puso histérica, pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una pala de tierra cayera sobre sus lomos “ella debía sacudirse y subir sobre la tierra”.
Esto hizo la mula palada tras palada de tierra.
Sacúdete y sube, sacúdete y sube repetía la mula para alentarse a sí misma.
No importaba cuan dolorosos eran los golpes de tierra y piedras sobre su lomo, a lo tormentoso de la situación la mula lucho contra el miedo y continuo sacudiéndose y subiendo los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso los alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un salto de las paredes de aquel pozo. La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrento la adversidad.


Autora: Silvia Patricia Villarreal Villanueva



EL PEQUEÑO PLANETA


Había una vez un pequeño planeta muy triste y gris. Sus habitantes no lo habían cuidado, y aunque tenían todos los inventos y naves espaciales del mundo, habían tirado tanta basura y suciedad en el campo, que lo contaminaron todo, y ya no quedaban ni plantas ni animales.
Un día caminando por el planeta el niño encontró una pequeña flor roja en una cueva. Estaba muy enferma, a punto de morir, así que con mucho cuidado la recogió con su tierra y empezó a buscar un lugar donde pudiera cuidarla. Buscó y buscó por todo el planeta, pero estaba tan contaminada que no podría sobrevivir en ningún lado. Entonces miro al cielo y vio la luna, y pensó que aquel sería un buen lugar para cuidar la planta.
Así que el niño se puso su traje de astronauta, subió a una nave espacial, y huyo con la planta hasta la luna; lejos de tanta suciedad la flor creció con los cuidados del niño que le visitaba todos los días.
Y también la cuido, que poco después germinaron mas flores, y esas flores dieron lugar a otras y en poco tiempo la luna entera estaba cubierta de flores.
Por eso de cuando en cuando, las flores del niño se abren durante algunos minutos la luna se tiñe de un rojo suave, y así nos recuerda que si no cuidamos la tierra, llegara un día en que solo haya flores en la luna.


Autora: Silvia Patricia Villarreal Villanueva




EL HIPOPÓTAMO


Erase una vez un hipopótamo que vivía en un rio, junto a un gran árbol solitario.
Un día, anido un pájaro en el árbol, y los cantos y el volar del pájaro despertaron en el hipopótamo tanta envidia que no podía pensar en otra cosa, lamentándose diariamente por ser un hipopótamo, a pesar de las palabras del pájaro que le cantaba la suerte que tenía de ser tan grande y nadar tan bien.
Finalmente se animo a salir del rio dispuesto a subir al árbol, encaramarse en una rama y ponerse a cantar.
Pero al intentar subir al árbol comprobó que no tenia alas, ni garras para trepar, ni podía saltar, y al ver que no conseguía su objetivo, se lanzo rabioso a dar golpes al árbol, hasta que lo derribo. Entonces, triunfante, se puso sobre las hojas del suelo, y comenzó a cantar, pero los hipopótamos tampoco pueden cantar, así que de su boca salieron horrorosos sonidos, y todos los animales acudieron a burlarse del hipopótamo envidioso que cantaba posado en una rama de un árbol que estaba en el suelo.
Y paso tanta vergüenza, que decidió no volverá a lamentar se hipopótamo y arrepentido por haber derribado el árbol, dedico toda su fuerza a volver a levantarlo, replantarlo y cuidarlo hasta que se recupere totalmente.


Autora: Silvia Patricia Villarreal Villanueva



LA BALLENA SOLITARIA


Había una ballena llamada Lola, era tan grande, muy grande y solitaria muy solitaria. Hacía años que no quería saber nada de nadie, y cada vez se le notaba más tristona.
En cuento alguno trataba de acercarse y animarla Lola le daba la espalda muchos pensaban que era la ballena más desagradable del mundo y dejaron de hacerle caso, a pesar que la vieja era una tortuga marina de más de cien años, contaba que siempre fue una ballena buena y bondadosa.
Un día, Dido, un joven delfín, escucho aquella historia y decidió seguir a Lola secretamente. La descubrió golpeándose la boca contra las rocas, arriesgándose frente a las grandes olas en la costa y comiendo arena en el fondo del mar. Nadie lo sabía, pero Lola tenía un mal aliento terrible porque un pez había quedado atrapado en su boca y esto la avergonzaba tanto que no se atrevía hablar con nadie.
Cuando Dido se dio cuenta de aquello le ofreció su ayuda pero Lola no quería aportarle con su mal aliento ni que nadie se enterara.
No quiero que piensen que tengo mal aliento, decía Lola.
¿Por eso llevas apartada tanto tiempo? Respondió Dido sin poder creerlo. Pues ahora no piensan que tengas mal aliento ahora piensan que eres desagradable, aburrida y desagradecida, y que odias a todos. ¿Crees que es mejor así?
Entonces Lola comprendió que su orgullo, su exagerada timidez y el no dejarse ayudar le habían creado un problema todavía mayor. Arrepentida pidió perdón a todos y volvió a hablar con todos sin problemas


Autora: Silvia Patricia Villarreal Villanueva



LA CARRERA DE CARACOLES


Buenos días, señoras y señores caracoles les habla Mac Caracola, su comentarista favorito, desde el gran estadio de carreras de caracoles, el huerto de lechugas de la Tía Pepa. Hoy nos espera una jornada inolvidable, donde el gran Caracolisto tratara de batir por quinta vez su record mundial de velocidad. Ahí lo tenemos, entrando a la pista, y haciendo sus famosos ejercicios de calentamiento. Los participantes se dirigen a la salida, y comienza la carrera.
Como siempre, Caracolisto toma unos centímetros de ventaja y continua distanciándose de sus perseguidores, su progresión es espectacular, ha tardado menos de diez minutos en correr el primer metro y se dirige a cruzar la línea de meta en solitario, un momento que es eso?
Atención, señores espectadores, les habla el servicio de emergencias por la megafonía: Tenemos una emergencia, un pájaro a enterado en el huerto de la Tía Pepa, corran todos a esconderse bajo la hoja de la lechuga más cercana.
Hola curiosos espectadores, soy Mac Caracola, retransmitiendo en susurros la emergencia en directo bajo una hoja de lechuga.
Prácticamente todos los caracoles están a salvo, pero Caracolisto continua en la pista, parece ser muy confiado en que su gran velocidad le permita escapar, ahí le ven saludando a las cámaras con gestos sonrientes empeñado en batir su record, oh no.
Señoras y señores, a ocurrido una gran desgracia, los increíbles reflejos y velocidad de Caracolisto no han servido de nada para escapar de un pájaro que volaba a velocidad de vértigo es una gran tragedia para el deporte caracolir.
Aun podemos ver sobre nuestras antenas como el pájaro lleva a nuestro campeón entre sus garras un momento lo ha dejado escapar Caracolisto está cayendo, increíblemente a caído aquí mismo, corre campeón, ven a esconderte espectacular, amigos espectadores nos hemos mantenido en silencio durante algunos minutos pero han podido ver en riguroso y directo la increíble aventura de Caracolisto y como por milímetros a escapado de una muerte segura, en hora buena campeón tienes alguna palabra para quienes nos están viendo?
Si amigo Mac tengo un susto de muerte, y solo por no haberme dado cuenta de que aunque fuera el más rápido nunca podría igualar la velocidad de un pájaro. Menuda suerte he tenido, la verdad, me he roto un poco el caparazón pero he prendido un buena lección de humildad bien amigos aquí termina nuestra transmisión, esperamos que hayan disfrutado de este histórico momento y no olviden tomar lechugas Tomasa, de la Huerta a su casa.


Autora: Silvia Patricia Villarreal Villanueva



EL PINGÜINO BURLADO


Había una vez un canguro que era un autentico campeón de las carreras pero al que el éxito había vuelto vanidoso, burlón y antipático.
La principal víctima de sus burlas era un pequeño pingüino, al que su andar lento y tardón impedía siquiera acabar las carreras.
Un día el zorro el encargado de organizarlas publico en todas partes que su favorito para la siguiente carrera era el pobre pingüino.
Todos pensaban que era una broma pero aun así el vanidoso canguro se enfado muchísimo, y sus burlas contra el pingüino se intensificaron.
Este no quería participar pero era costumbre que todos lo Hicieran así que el día de la carrera se unió al grupo que seguía al zorro hasta el lugar de inicio.
El zorro los guio montaña arriba durante un buen rato, siempre con las mofas sobre el pingüino sobre que si bajaría rodando o resbalando sobre su barriga.
Pero cuando llegaron a la cima todos callaron.
La cima de la montaña era un gran cráter que había rellenado un gran lago, entonces el zorro dio la señal de salida diciendo.
La carrera es cruzar hasta el otro lado el pingüino, emocionado, corrió torpemente a la orilla, pero una vez en el agua su velocidad era insuperable, y gano con una gran diferencia, mientras el canguro apenas consiguió llegar a la otra orilla, lloroso, humillado y medio ahogado y aunque parecía que el pingüino le esperaba para devolverle las burlas, este había aprendido de su sufrimiento, y en lugar de devolvérselas, se ofreció a enseñarles a nadar.
Aquel día todos se divirtieron de lo lindo jugando en el lago.
Pero el que más lo hizo fue el zorro que con su ingenio había conseguido bajarle los humos al vanidoso canguro


Autora: Silvia Patricia Villarreal Villanueva





EL PASTOR Y LAS OVEJAS


Había una vez un pastor que compro un rebaño de ovejas, pero cuando las conoció resulto que no paraban de hablar constantemente todo el día iban “bee, bee” creando un jaleo ensordecedor, ignorando todas las ordenas del pastor.
Este utilizo todos los medios para hacerse oír y así mismo a sus perros pero todo fue inútil finalmente, viendo que las ovejas no paraban de hablar le puso buen humor y decidió comprar una enorme oreja y llevarla ahí en su camión increíblemente, al ver la oreja las ovejas dejaron de balarse unas a otras y todas comenzaron a contar sus penas aquella gran oreja y a seguirlas según se movía el camión. Así fue como el pastor comprendió que hasta las ovejas tienen algo que decir y quieren ser escuchadas, y gracias a eso, ahora puede presumir de tener un camión oreja, pastor, el único del mundo.


Autora: Silvia Patricia Villarreal Villanueva


EL GRAN BAILE


Un príncipe terriblemente desordenado, nunca hace caso a sus padres cuando le piden orden.
La princesa del reino vecino, de la que está enamorada en secreto organiza un gran baile e invita a todos los príncipes de los alrededores. El príncipe está emocionado y lo prepara todo con esmero, pero el día del baile se encuentra la invitación entre el desorden de su cuarto. La busca desesperado y no la encuentra, y al final decide ordenar todo su cuarto, encontrando la invitación justo encima de la mesa.
Para cuando llega el baile ya se marchaban todos y se vuelve muy triste y habiendo aprendido la lección pero tuvo suerte y como no encontró novio, la princesa repitió el baile poco después, y como esta vez tuvo todo ordenado, no perdió la invitación y pudo conocer a la princesa, que también se enamoro del, y fue desde ese tiempo que el príncipe aprendió a ser ordenado y se dio cuenta que por el desorden podía perder varias cosas en la vida.


Autora: Silvia Patricia Villarreal Villanueva




LA GRANJA Y LAS SIRENAS


En una granja muy pequeña un gallo y un pato discutían tantos sobre si existían las sirenas que decidieron averiguarlo hiendo al fondo del mar.
Bajaron viendo primero pececitos de colores, luego peces medianos y grandes, hasta que todo estaba oscuro y no veían nada.
Entonces les entro un gran miedo y subieron.
El gallo estaba aterrado y no quería volver, pero el pato lo convención a seguir intentándolo, y para calmarlo llevo una gran linterna.
Bajaron, y al llegar a la oscuridad, cuando estaban pasando más miedo encendieron la linterna y descubrieron que estaban totalmente rodeados de sirenas, que les podían ver en la oscuridad. Ellas les contaron que pensaban que no les querían porque la otra vez se habían ido justo cuando les iban a invitar a una gran fiesta y se alegraron muchísimo de volver a verlas.
Y gracias a su valentía y perseverancia, el pollo y el pato fueron grandes amigos de las sirenas y que poco a poco se iban conociendo con los demás animales de la granja, tanto que compartían sus experiencias y sus buenos momentos.


Autora: Silvia Patricia Villarreal Villanueva

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